Verónica Millenaar "Formación para el trabajo y desigualdades de género: una interrogación necesaria"
Días atrás, una conocida empresa automotriz anunciaba que no podía conseguir 200 personas con secundario completo para incorporar a su fábrica y atribuía el problema a la pérdida del valor del secundario y a la calidad de la formación que allí se imparte.
Por supuesto, la repercusión de estos dichos fue inmediata y rápidamente otras empresas se sumaron a adherir a tales postulados, mientras que un grupo de jóvenes de la zona donde está situada la empresa, organizaba una manifestación para advertir de la falsedad de tales enunciados. En efecto, diferentes académicos señalan que, en rigor, no hay escasez de egresadxs en el país, ni tampoco en esa zona de referencia, e incluso, en una nota reciente, Mariana Sosa postula que el “70% de los jóvenes 18-24 desocupados finalizó el secundario y que, dentro de los que tienen secundario completo, el 44% continúa estudiando en el nivel superior”. No obstante, también se reconoce que quienes se gradúan del secundario son grupos juveniles mayoritariamente de sectores medios y altos, y al mismo tiempo mayoritariamente mujeres.